El valle de los naranjos
Sóller se encuentra en un precioso valle del centro de la Tramuntana, rodeado de naranjos, limoneros y olivos que tiempo constituyeron la fuente de su riqueza, logrando exportar por el Mediterráneo. Igualmente destacable fueron sus numerosas fábricas de productos téxtiles.
Un vestigio de aquellos tiempos son todavía hoy el tren y el tranvía, que conectan el pueblo con el Puerto de Sóller y con la capital de la isla, Palma. El trayecto cruza las montañas, pasando por Bunyola y Son Sardina y ofrece unas vistas espectaculares sobre todo el valle.
Dada su situación geográfica es un lugar ideal para emprender excursiones por la Serra de Tramuntana y para practicar ciclismo de montaña.
También está repleto de obras arquitectónicas de la época modernista, como el museo modernista Ca'n Prunera en la Calle de la Luna o el Banco de Sóller y la Iglesia de San Bartolomé en la plaza de la Constitución, obra del discípulo de Gaudí Joan Rubió i Bellver.
La Plaza de la Constitución es el centro de toda la actividad en Sóller, y cada sábado cuenta con un mercadillo con productos locales. De la plaza sale la calle de la Luna, la principal calle comercial del pueblo, con una variada oferta de tiendas.
En Sóller hay dos fiestas especialmente importantes, el Firó, que se celebra en Mayo, y, en agosto la fiesta del patrón del pueblo, San Bartolomé. El Firó es una recreación de la victoria sobre una incursión de piratas berberiscos acaecida en 1561. La fiesta de San Bartolomé se caracteriza por sus imponentes espectáculos pirotécnicos que representan el apocalipsis.